El arte y los jóvenes tolimenses unidos por la sangre
Por: María Isabel Sánchez
El arte y la cultura son ejes fundamentales en la vida de los jóvenes tolimenses, especialmente en su capital, catalogada como la Capital Musical de Colombia. La música siempre está presente en la cotidianidad: si caminamos por las calles, si vamos en el taxi al trabajo, si cogemos el bus para la escuela o universidad, siempre escucharemos música a nuestro alrededor. Ciudades que vibran con eventos musicales y fiestas patronales en los municipios tolimenses, y que ha tenido como epicentro el Conservatorio de Música del Tolima, cada vez involucra más a los jóvenes en su dinámica artística y cultural.
Imagen del archivo personal de Natalia Padilla
La joven Natalia Padilla sorprendió a sus padres cuando cantó por primera vez en la sala de su casa, una canción de su época de niña; una canción que le mostró la grandeza de su talento. Sin pensarlo, ese sería su más grande sueño. En otra latitud una joven daba sus primeros pasos en la música tradicional. Ana María Sánchez tenía 13 años cuando tocó guitarra por primera vez, un instrumento tan tradicional como el tamal y la lechona en el Tolima. Con muchas ganas de aprender y seguir por ese camino, sin dudarlo decidió hacer de la música su vida. Como estas dos jóvenes, muchas más han querido hacer de su sangre la música y de su vida el arte.
Cuando la hermana menor de Ana María, Raquel, estaba en su quinto año de primaria, incursionó en el canto gracias a su docente de religión. Después de escucharla la motivó para que su talento fuese creciendo poco a poco. Desde aquella primera vez en el canto su entusiasmo creció por seguir en el camino de la música, y decidió iniciar a tocar instrumentos tradicionales y de paso aprender a cantar. Todo este proceso para las hermanas fue de forma autodidacta, ya que por el corto tiempo con el que contaban luego de sus deberes, les era difícil ingresar a algún grupo o hacer parte de una institución como la Casa de la Cultura de El Espinal - Tolima. Mucho antes de haber terminado su estudio de bachiller, decidió junto con su hermana crear un dueto de música colombiana y tradicional, para mostrarle al mundo el talento del joven tolimense y colombiano.
Imagen del archivo personal de Dueto Ana María y Raquel
Así como estas jóvenes iniciaron, crecieron y crearon arte y música, muchos otros sueñan con lograrlo. Sin importar los obstáculos que se presenten, la juventud tolimense logra reponerse y seguir luchando por sus sueños. Natalia Padilla tiene 18 años y hasta el momento ha grabado tres canciones, las cuales le han ayudado a crecer su talento y a no rendirse ante la adversidad. Para ella no fue fácil dar el primer paso, ya que en su familia nadie demostraba talento para la música, pero sin importar aquella falta de vena artística en su familia, su padre la apoyó a que sus primeros pasos fueran fuertes y firmes.
Así como a Natalia le ha tocado sobrellevar aquellas situaciones, para el dueto Ana María y Raquel tampoco ha sido fácil la conformación del mismo. Después de terminar sus estudios las dos hermanas se propusieron llevar a un nivel más avanzado su carrera musical, como comenta Raquel:
“Ana y yo estábamos en el proceso de montar canciones, poder acoplar las voces y poder montar repertorio para la música andina colombiana. Claro que después de que termináramos los estudios nos pudimos dedicar mucho más al dueto, claro que eso fue por un periodo de tiempo ya que debíamos retomar nuestras obligaciones y demás, sin embargo, nunca dejamos de lado el dueto”.
Imagen del archivo personal de Dueto Ana María y Raquel
Este proceso les ayudó a buscar a más personas interesadas en la conformación de un dueto, por un lado, Ana María tocaba la guitarra y por el otro Raquel cantaba, pero hacía falta más personal que ayudase con la composición y grabación de las canciones que ellas iban a presentar en los festivales a los que habían sido invitadas. Como comenta Ana María “Este proceso fue un poco largo, pero gracias a la ayuda de nuestros profesores y personas conocidas en el medio logramos armar un excelente equipo de trabajo, además ya tenemos una cuenta de Instagram para que todos nos sigan”. Para estas hermanas la música ha sido un punto clave dentro de sus vidas, sin embargo, el manejo de la vida personal, las obligaciones y el dueto no ha sido fácil, pero se ha logrado mantener un equilibrio.
Por otro lado, para Natalia Padilla fue un camino largo de recorrer “Inicié en la Voz Kids Colombia en el año 2018 donde pude pasar al equipo Yatra, aprendí que las grandes cosas nos pasan si nosotros lo queremos, fue una experiencia única en mi carrera, además que desde que participé me volví conocida en el medio y gracias a eso estoy donde estoy, luchando por mis sueños”. Luego de aquella experiencia única Natalia se graduó de bachiller, logrando así disponer de más tiempo para dedicarse por completo a su carrera artística, como comenta:
“A nosotros los jóvenes que soñamos con ser artistas internacionales del género de reggaetón es muy difícil encontrar la colaboración de disqueras que nos apoyen. Siempre hay un impedimento de dinero o cualquier otro asunto que me hace sentir querer dejar todo atrás. Pero recuerdo que, así como yo, los grandes artistas que hoy triunfan empezaron así desde abajo y luchando con uñas y dientes”.
Los padres de Ana y Raquel nunca se imaginaron que sus dos hijas fuesen a escoger ese camino, ya que, aunque lo demostraron desde que estaban en el colegio jamás se imaginaron que ese camino sería su elección. Tanto Ana María como Raquel han tenido que sacrificar momentos con su familia o desgastar horas de sueño para cumplir sus objetivos, y así poder llegar a su meta. Ya que, aunque no han logrado todo lo que desean han podido experimentar vivencias únicas como la asistencia al evento de Música Tradicional de Colombia y Música Andina. Eventos de talla nacional e internacional que les ha brindado conocimientos y momentos de aprendizaje tanto en aspectos personales como en aspectos artísticos.
Imagen del archivo personal de Dueto Ana María y Raquel
Para Natalia y su familia el factor dinero no ha sido un problema, pero tampoco se consigue tan fácil. Sus padres son propietarios de un local de venta de ropa en El Espinal llamado “Pinko”, en donde ellos logran salir adelante. Natalia comenta que “Gracias al negocio de mis padres he podido llegar a muchos lugares y conocer mucha gente, ellos regularmente van a Medellín y me llevan a eventos de ropa, promociones de marcas y demás.” Y todo esto le abrió un camino en Medellín a Natalia, el cual es el que está recorriendo en esta etapa de su vida universitaria, profesional y personal. “Gracias a todo lo que Dios ha hecho en mi vida estoy estudiando en la Universidad de Antioquia lo que me gusta música”.
Imagen del archivo personal de Natalia Padilla
Durante las festividades que se celebran en El Espinal en los meses de junio y julio durante los últimos 4 años el dueto Ana María y Raquel han realizado demostraciones culturales con trajes típicos en diferentes eventos que conmemoran las fiestas de San Pedro y San Pablo y las fiestas de San Juan. Eventos en donde prevalecen los artistas espinalunos y estudiantes de la Casa de la Cultura, además de contar con turistas de todas partes del país que llegan a disfrutar del clima, la cultura y el arte espinaluno. Luego de encierro total por la pandemia del covid-19 el dueto desea volver a los escenarios para seguir construyendo su carrera profesional en la música andina y tradicional colombiana.
Imagen del archivo personal de Dueto Ana María y Raquel
Sin duda alguna, el municipio de El Espinal en el Tolima ha sido considerada cuna de grandes compositores y artistas no solo de música tradicional como la que hacen el dueto Ana y Raquel sino también música nueva y con grandes expectativas como el caso de Natalia Padilla. Evidentemente tanto el arte como los jóvenes están conectados con sangre, espíritu, cultura y tradición, en realidad los jóvenes tolimenses tienen en su sangre la música y en su vida el arte.
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