El clown un estilo de vida
Por: María Isabel Sánchez
Imagen tomada por María Isabel Sánchez
El clown, considerado por muchos expertos como tratamiento efectivo en pacientes que logra ayudar en el proceso de recuperación, también se convierte en un estilo de vida que no solo ayuda a quien recibe el tratamiento sino a quién presta su servicio en pro del bienestar y la salud física y mental de los pacientes hospitalizados que lo necesitan. Uno de los clown hospitalarios más famosos es el mexicano Hunter Doherty “Patch” Adams, en quien se basó el personaje principal de la película “Patch Adams” del año 1998 que fue protagonizada por Robin Williams.
Después del gran éxito de la película se empezó a visibilizar de forma amplia y a nivel mundial el tratamiento de la risoterapia, ya que se evidenció que por medio de dicho producto audiovisual el mundo volteó su mirada hacia el bienestar de la salud física y mental de los niños con cáncer que permanecían hospitalizados. Además, se amplió el público objetivo hacia personas adultas y de la tercera edad que también ven que su salud física y mental se va deteriorando a causa de una enfermedad que los mantuviera hospitalizados por prolongados periodos de tiempo.
¿Qué se necesita para convertirse en clown hospitalario? La risoterapia y una formación especializada en lo que consiste el tratamiento. La mayoría de médicos consideran que este tratamiento ha sido un factor clave en la recuperación no solamente de niños sino de adultos que viven situaciones complicadas de salud y que no cuentan con apoyo psicoemocional de un familiar o amigo quedándose solos durante el proceso.
Naason Obed es un jóven clown hospitalario que presta sus servicios como payaso y como tallerista a la Fundación Clown Payatría, la cual está ubicada en Ibagué y logra realizar un proceso lleno de amor, carisma, cariño y sentido con los niños que permanecen hospitalizados en la Unidad de Pediatría del Hospital Federico Lleras Acosta. Este proceso no ha sido fácil para Naason, ya que además de ser clown y prestar sus servicios en pro del bienestar de los niños también estudia Teatro y Artes Escénicas en la Universidad del Tolima.
“El clown no es solamente el personaje que se crea para estar en un escenario sino el clown tiene que ver mucho con el ser humano, el clown es un personaje que puede estar en otros mundos, en el mundo de lo real y la fantasía”. Comenta Naason Obed.
Imagen tomada por María Isabel Sánchez
Una de las experiencias más importantes de la vida surge cuando se necesita el apoyo de alguien más, no solo físico sino emocionalmente hablando. Naason recuerda que “Cuando tenía más o menos 17 años pasé por una situación familiar complicada, mi madre no tenía trabajo y aunque solo fuera temporal para ella estar desempleada esto afectó nuestra economía. Debido a esto tomé la decisión de parar mis estudios y dedicarme a conseguir trabajo para poder llevar algo de comer a la casa, ya que no solo éramos mi madre y yo, habían dos hermanos más pequeños. Así que debido a esta faceta de mi vida entendí que aunque se pausen por un momento tus metas puedes conseguir lo que desees al final del día. Ya que logramos salir de aquella crisis económica y yo empecé a encaminarme por el camino de las artes, ya que durante ese trabajo estuve como payaso. Y este fue el plus más grande que encontré para concentrar me en lo que realmente quería, ayudar a los demás”.
Para convertirse en clown primero pasó por la literatura y luego por las artes escénicas, recuerda Naason Obed, un joven ibaguereño que desde su trabajo en la Universidad del Tolima, con el maestro Javier Bejarano, logró convertirse en clown. “Recuerdo mi trabajo con Eclipse Teatro, donde hice títeres también. Tiempo después me estrellé con la Fundación Clown Payatría; con ellos tuve dos meses de talleres”. Obed nombra personas trascendentales que conoció en su proceso de formación durante cinco años como Las Malagueñas y Antón Valen, del Circo del Sol entre otros. “Cada clown tiene un proceso diferente, y este se vive durante toda la vida. Nadie puede ser un clown completo. Todo va en el fracaso y el error” dice Naason con respecto al proceso de los clowns.
Durante este proceso de formación, cada persona vive de forma diferente, se concentra en el cambio propio para poder ayudar a otro a cambiar de perspectiva con respecto a la forma de ver la vida. No es solo generar risas sino que el objetivo del tratamiento, junto con la risoterapia, es que el paciente logre poder adueñarse de la situación que vive y, así mismo, pueda salir de momentos de tristeza o transe causados por los problemas de salud. El clown tiene como misión realizar un cambio en la vida de cada paciente, teniendo en cuenta la situación que vive cada uno de ellos sin importar la edad o problema de salud que posea.
Para Naason Obed ser un clown es mucho más que prestar un servicio, él considera que “El clown es un estilo de vida y si el artista así lo decide puede llegar a ser su estilo de vida. El clown es técnica de todos los estilos del arte circense, de la pantomima, del circo, del teatro, de los títeres y demás. Se comienza a ver la vida con menos preocupaciones desde el sentido terapéutico, más despreocupada. Se trata de que cuando la vida te da pruebas te conviertas y trates la situación desde la perspectiva del clown. El clown es disciplina, estudio y plenamente un estilo de vida.”
Considerando que ser clown es un estilo de vida, la transformación que se vive durante el proceso de formación afecta todos los aspectos de la vida del payaso. Naason quien es clown de la Fundación Clown Payatría desde hace varios años afirma que “Desde que entré en el clown y el arte escénico, comencé a mirar el mundo con más matices, a mirar la vida con diferentes colores, aprendí a dibujar una realidad más allá de la fantasía”.
El cambio para Naason se generó al momento de entrar a la Fundación, fue un suceso importante porque “Mi vida ha cambiado en el sentido de que al ser clown de esta fundación he logrado cosas que nunca pensé que imaginaría hacer, como estar en un hospital llevando las risas a personas que están en una situación difícil, ¡yo no lo concebía! Es mejor ir al hospital como clown que como paciente. Las personas tienen problemas con sus enfermedades. Cuando un clown llega, es con una energía diferente, queremos estar al servicio de quien lo necesita”.
“Esas sonrisas se convierten en alegría y así mismo en motivación para que nosotros los clown sigamos con nuestra labor” Comenta Naason Obed.
Naason comenta que la convivencia con los niños hospitalizados se puede volver tensa cuando el niño no desea por su situación médica que nadie interactúe con él, “Cuando un niño no nos da permiso para entrar a la habitación o no quiere sonreír o compartir con la dinámica que estemos manejando, nosotros como personas y como clowns debemos dejar que sea el niño quien busque que nosotros le hagamos chistes, o nos pongamos a cantar o a realizar alguna monería. Aunque hay ocasiones cuando los niños son más grandecitos y no se ríen de nada nos toca respetar su espacio, y también debemos manejar la situación de una forma que el paciente no se sienta estresado ya que esto empeora su estado de salud”.
En la fundación Clown Payatría se ayuda no solo a cambiar la vida del paciente, sino de la persona que contribuye con ese cambio. Para Naason, quien desee ser parte del clown debe tener en cuenta el siguiente consejo: “Primero, es importante formarse en el arte escénico, aprender todas las artes; segundo, que sean disciplinados y, tercero, que abran su corazón”.
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